Cada vez que me sorprendo con una expresión de tristeza en la boca que va en aumento, cada vez que un húmedo noviembre de lloviznas anida en mi alma; cada vez que me descubro deteniéndome involuntariamente ante las tiendas de ataúdes, y siguiendo a cualquier funeral con que me encuentro; y especialmente si la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un sólido principio moral para no salir a la calle y derribar metódicamente los sombreros de los transeúntes, entonces, comprendo que ha llegado la hora de hacerme a la mar cuanto antes.
Éste es mi sustituto para la pistola y la bala. Con una floritura filosófica, Catón se arroja sobre su espada; calladamente, yo me subo a un barco.”
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(Yo, por mi parte, dejo la espada para otra ocasión y, emulando al narrador, me subo a un avión...
Ahí te quedas, Madrid).
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(Mm. Con el cuadro me topé el otro día en un libro y me pareció de los más bonitos que he visto. Es de Van Gogh: "Noche estrellada en el Ródano").
2 comentarios:
Buen viaje, elegiste una forma estupenda de despedirte y subirte a un avión.
El cuadro es una delicia :-)
que tengas excelente biaje...
=D
que conozcas muchas partes, tomes muchas fotos y pongas muchas crucesitas en tus mapas de tesoros =D
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