“Yo soy aficionado a leer
hasta los papeles rotos de las calles.”
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
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“Uno se sumerge en un libro, desciende lentamente hacia el fondo de un medio más denso y menos iluminado que la realidad exterior. Uno cierra su escotilla, se acomoda en el silencio. El mundo real, unas veces es gozoso, otras es hostil. En la cámara sumergida del libro, uno se encuentra a salvo de todo, transitoriamente. El mundo real, la experiencia concreta, pueden ser felices o desdichados, estimulantes o tediosos: sea como sea, uno vive en ellos sometido a severas limitaciones de tiempo y espacio, a un reparto de personajes nunca numeroso, a la posibilidad del aburrimiento.
El libro multiplica las dimensiones del mundo y la variedad de los paisajes y las vidas; lo salva a uno de la inmediatez literal de las cosas, de su anclaje fatal en el aquí y en el ahora, en el yo consabido. Pero el libro no embota la curiosidad hacia el espectáculo ilimitado y gozoso de lo más cercano: bien leído, es una lente de aumento, un microscopio, un telescopio, una máquina del tiempo.
Pero uno no lee para aprender, ni para saber más, ni para escaparse. Uno lee porque es un vicio perfectamente compatible con la escasez de medios, con la falta de audacia que otros vicios requieren, y más importante todavía, con la absoluta pereza.
Pero uno no lee para aprender, ni para saber más, ni para escaparse. Uno lee porque es un vicio perfectamente compatible con la escasez de medios, con la falta de audacia que otros vicios requieren, y más importante todavía, con la absoluta pereza.
El buen aficionado lleva a cabo la mayor parte de sus lecturas en diversos grados de proximidad a la posición horizontal. Bien es verdad que también se somete a las mayores incomodidades: lee de pie, en un vagón de metro, lee en la dura silla de una biblioteca pública, bajo la luz escasa que le daña los ojos; incluso en medio de la calle, con la misma impaciencia con que alguien que ha comprado una barra de pan recién hecha le arranca el pico tostado y se lo va comiendo en el camino hacia casa.
Artículo del dominical de El País “ El vicio sin castigo” // Antonio Muñoz Molina
Artículo del dominical de El País “ El vicio sin castigo” // Antonio Muñoz Molina
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(Hoy he empezado mi trabajo nuevo, como catalogadora;)) Con mi mesita propia, mi ordenador, rodeada de libros, folletos, historia…Y por 1ª vez sin tener que batallar (perdon: tratar) con usuarios xD! El hecho de haber empezado un 23 de abril es señal inequívoca de Buena Suerte. No puede ser de otra forma:)).
(Feliz Día del Libro a todos los viciosos como yo xD!)
3 comentarios:
¡Enhorabuena! Sí que es un buen augurio...
Besos.
Muchas felicidades y buena suerte!
Me alegro que no tengas que aguantar a nadie y tu propio espacio.
No aproveches para frikear en internet que el ordenador en el curro es un peligro...te lo digo yo. ;)
Que tengas suerte en tu nueva andadura..
Besos Rojos, Pájaro.
G.
pues sí, un 23 de abril pueden pasar mil cosas, hasta que te regalen una rosa =P Un beso!!
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