sábado, 5 de mayo de 2007

Mi circo


MI CIRCO (Relato parcialmente autobiográfico).


Llevo muchos años trabajando en un circo.

Es mi circo un circo ambulante. Eso significa que he viajado por el mundo.

He estado en muchas ciudades. He conocido muchas gentes.

He visto muchas cosas.

Nunca me he dedicado dentro de mi circo a una única tarea.

En un circo siempre hay tanto por hacer…

Todos los días una nueva función. Y da igual que estés enfermo.

Que llueva o haga sol. Que apenas haya público.

Siempre debe haber espectáculo.

Y yo siempre intento que el público quede contento.

Se podría decir que he hecho de todo por mantener mi circo en pie.



Me he metido llamas de fuego en la garganta.

He esquivado dagas que me lanzaban con los ojos cerrados.

Puedo caminar sobre afilados cristales. Sin sangrar ni una gota.

No había truco. Sólo mucha práctica. Y de eso me sobra.



He sido experto malabarista.

Consiste en lanzar objetos al aire:

Tres, cuatro, cinco cosas.

Recogerlos, tirarlos de nuevo…

Requiere concentración, destreza, rapidez de pensamiento.

No se puede tener demasiadas cosas en las manos.

Hay que saber elegir: en qué momento agarrarlas, en cuál soltarlas.

Las elecciones, y más a tanta velocidad, no son fáciles.

Muchas veces se me ha caido todo al suelo por no elegir bien,

en el momento adecuado.




Me he calzado en numerosas ocasiones con zapatos inmensos,

me he vestido con ropa de colores y me he pintado la cara de blanco.

He recibido muchos tartazos y más de uno se ha reido

en mis narices de payaso.



He domado leones. Requiere tiempo, paciencia.

Se trata de animales, no lo olvidemos.

Y aunque a veces parezca lo contrario,

los animales no tienen entendimiento.

Por descontado, tengo por todo el cuerpo marcas,

cicatrices, señales… Me he llevado muchos mordiscos.

Y he tenido que sacrificar alguna fiera.



En mi circo, claro, no podía faltar una pequeña dosis de magia.

O la ilusión de crear magia: he sido aprendiz de mago.

Es mi mayor logro.

Domino a la perfección el arte de las desapariciones.

De la transformación.

He tenido buenos maestros.

Soy tan buen mago… que me he llegado a creer mis propios trucos.




Lo intenté como equilibrista en la cuerda floja, pero fracasé.

Pasé mucho tiempo tratando de mantener el equilibrio a altas alturas.

Mientras, te balanceas, y la cuerda se tensa y se afloja.

Es difícil y extremadamente peligroso.

A veces pareces alcanzar estabilidad, y hasta piensas que pisas tierra firme...

Pero no es más que una ilusión.

Al avanzar puedes desequilibrarte de nuevo.

Siempre estás al borde del abismo.

Me he caído muchas veces.

Y creo que le he cogido miedo a las alturas.

Vértigo. Pánico a caer de muy muy alto.



Todo lo malo del circo se me olvidaba mientras me balanceaba en el aire,

cuando me creía seguro, los raros instantes en que piensas


que lo tienes todo controlado.

Cuando creía estar haciéndolo bien.

Cuando pensaba que no había posibilidad de dar un mal paso y caer al suelo.

Me sentía afortunado por tocar el cielo con los dedos.

En las gradas el público no puede ni imaginarse esa sensación.

Les veía abajo, muy abajo, bien pegados a sus asientos.

Me miraban boquiabiertos, puede que durante un segundo me envidiasen.

Pero no se cambiarían por mí.

Prefieren tener los pies en el suelo, la tranquilidad que eso da.

Quizá hacían bien. Quizá yo me arriesgaba demasiado.


Mi circo no fue como esperaba. Imagino que no soy el único que se desilusionó con su empleo.

Todos nos llevamos decepciones más o menos grandes con algunos de nuestros trabajos.

A pesar de todo quería tanto, tanto a mi circo…

Durante mucho tiempo mi vida ha girado en torno a él…

Pero he llegado a la certidumbre de que puedo prescindir de éste para vivir.

Más aún: he descubierto que prescindir de mi circo es precisamente lo que me permite vivir.

Me he prometido no volver a acercarme más a él.

Como ya he dicho, llevar adelante un circo no es tarea fácil.

Tocar el cielo con los dedos…¿Y qué? Otra ilusión.

Estoy cansado.

Cansado de bestias imprevisibles.

De narices rojas.

De malabares fallidos.

De esquivar dagas voladoras.

De desequilibrios en la cuerda floja.

De desapariciones y de trucos baratos de magia.

Y aunque quisiera, ya no puedo seguir manteniendo este trabajo.

La función queda cancelada.

Que me sustituya quien pueda.

Me quedan dos posibles caminos ahora.

O jubilarme…

O buscarme un trabajo de verdad.

Y nunca, nunca más, subirme a una cuerda floja.



Fénix.


14 comentarios:

Unknown dijo...

guauu lo as escrito tu?

JuanMa dijo...

Cada uno elije su camino en la vida, y el que aquí cuentas es duro y duele. Eso está claro.

Pero a lo mejor, aunque cambies de vida, puedes mantener algo de lo anterior.

Yo, que no soy nadie para dar consejos, te recomiendo que no dejes la magia (no la falsa, la de verdad). Y que nunca, nunca, renuncies a tocar el cielo. No siempre es una falsa ilusión.

Mil besos.

isaac dijo...

me recordaste una canción que hace tiempo no escucho... "the party is over" de lacrimosa...

"I lost you in the morning
When the snow felt in our world
I lost you in the cold
Between these shades of our illusions..."

jejejeje

pues me gustan tus escritos parcialmente autobiográficos... a ver si nos sorprendes con más =D

que estés de lo mejor!!!

el santo job dijo...

muy bonito
muy muy bonito
no hay función que mil años dure

Principito Desencantado dijo...

Pensaba q era otro extracto de uno de tus libros. Como no lo es te felicito, es precioso.

Un beso!

casi yo dijo...

No es por desanimar, pero voy a comentar tu post con un proverbio que enseñó mi abuelo:

"es una tontería
luchar contra
el destino.
Quien nace lechón,
muere gorrino"

Volverás al circo, criatura. Y volverás a caerte. Todos estamos condenados a ser nosotros mismos.

Un beso

Cyn dijo...

El circo como metáfora de una vida =) me gustó.

Es bueno escuchar su voz...

Justo veo "El lado oscuro del corazón 2" y a la joven trapecista, linda coincidencia.

abrazos!

Alter Ego dijo...

Creo que este es un relato semiautobiografico para mucha gente. Abrazo gratis

Lunarroja dijo...

El circo es nuestra casa, sí.
Para muchos.
Y en él, todos hacemos reír, hacemos llorar, lloramos y reímos.

Sólo depende del momento que nos toque vivir.

Alice ya no vive aquí dijo...

No he podido evitar una sonrisa cómplice, de esas que surgen cuando uno se ve un poco en palabras de otros, en retazos quizá también de uno mismo en otro tiempo.

A veces el espectáculo no debe continuar, no al menos a fuerza de nosotros mismos :-)

Me ha encantado, de verdad que sí.

Anónimo dijo...

Sé tu misma, vive tú... vivir con intensidad, el tiempo es corto y la felicidad no da espera.
Me sensibilizas pero a la vez me llenas de fortaleza, ADELANTE!!
Un abrazo lleno de afectos para tí en una joven mañana de hoy miércoles, con canto dulce de pajaritos, muchos pajaritos que están en el entorno de mi apartamento y te saludan desde Medellin, Colombia!

AVE FÉNIX dijo...

Autobiográfico para muchos? La idea me reconforta.

Hay circos que no deberían abrirse nunca y espectáculos que no tendrían que comenzar. Een fin.

Gracias a toos por leerme:) un beso.

RomáN dijo...

Wow qué b-e-ll-e-z-a de letras Fénix!

Me has dejado -ahora te toca a ti- mudo!

Y coincido con Cyn: "el circo como metáfora de una vida"!!!!!!!!

Tan sólo te diría que sí, que te sigas subiendo a la cuerda floja y arriesgues siempre a todo o nada...

Un besito lleno de admiración y agradecimiento por tus letras niñaaaaaaaaaaaa!

P.D.Otro besito
P.D.Y otro más (con vientencito y espuma de mar de Veracruz méxico)

Anónimo dijo...

soy una joven malabarista y payasa de 17años y al leer esto me han entrado mas fuerzas de seguir adelante con esto pero tambien me a dado tristeza el texto